La Consejería de Medio Rural y Política Agraria del Principado de Asturias ha tomado la decisión de practicar la eutanasia compasiva a la osa Paca, uno de los ejemplares más emblemáticos del programa de conservación del oso pardo cantábrico, debido al deterioro irreversible de su estado físico y a sus graves problemas de movilidad.
Según el último informe veterinario, el animal presentaba una condición corporal muy deteriorada, con respuesta mínima ante estímulos, artrosis avanzada y rechazo de la medicación necesaria para aliviar el dolor. La situación derivó en postraciones prolongadas, sin posibilidad de mejora ni una calidad de vida digna.
La eutanasia se practicó este miércoles, 10 de abril, en el cercado de Santo Adriano, donde vivía desde 1996 bajo los cuidados de la Fundación Oso Asturias. El procedimiento fue llevado a cabo por veterinarios del Principado, la veterinaria responsable del animal y su cuidador habitual. El cuerpo de Paca ha sido trasladado al Centro de Recuperación de Fauna de Sobrescobio, donde se le realizará una necropsia.
Paca fue rescatada en 1989, junto a su hermana Tola –fallecida en 2018–, tras quedar huérfanas al ser abatida su madre por un cazador furtivo. Su historia simbolizó desde entonces la lucha por la supervivencia del oso pardo cantábrico, despertando el interés público y contribuyendo al desarrollo de políticas de conservación para esta especie en peligro.
Paca y Tola pasaron sus primeros años en centros de recuperación en Vic (Cataluña) y Hosquillo (Cuenca). Al no poder ser reintroducidas en libertad, ambas fueron trasladadas en 1996 al cercado de Santo Adriano, donde vivieron más de dos décadas bajo atención especializada.
Su legado queda como emblema de la defensa de la fauna salvaje, y su historia seguirá inspirando el compromiso con la conservación de uno de los símbolos más representativos de la biodiversidad asturiana.